La primeras comunidades que habitaron esta tierra detectadas hasta el momento, se remontan a 9000 años a.c. conocidas como la cultura "Huentelauquén"; estos hombres y mujeres fueron cazadores y pescadores.
La primera expresión de agricultores y ceremistas que habitaron Atacama, la encontramos en el complejo cultural "El Molle", cuya presencia se registra entre los años 130 a.c. a 700 d.c. También es el referente más directo de nuestra tradición minera, al trabajar por primera vez la metalurgia a través del laboreo de vetas superficiales de Cobre. Sus vestigios se encuentran en el Torín, Carrizalillo Chico, Quebrada de Pinte y otros sectores.
Hacia el año 800, Atacama recibe nuevas poblaciones, precedentes de la puna argentina, dando origen a la cultura de "Las Ánimas". Esta comunidad se inclinó por la agricultura, pesca, caza, nuevas prácticas religiosas y en especia por la ganadería y la metalurgia, desarrollándose un intercambio comercial con la cultura "La Aguada" del noroeste argentino, que nos habla de una temprana integración y contacto con los pueblos del otro lado de Los Andes.
Avanzando hacia los años 1000 a 1450, nos encontramos con la cultura Copiapó, cuya cerámica más característica son "Punta Brava" y "Copiapó Negro Sobre Rojo", las que dieron lugar al periodo llamado "de los desarrollos regionales", culturas adscritas finalmente al Imperio Incaico, entre los años 1400 y 1536.
Los Incas dejan tambien su legado en la región de Atacama, cuyo testimonio lo encontramos en el complejo metalúrgico de "Viña del Cerro" en la Comuna de Tierra Amarilla, al interior del Valle de Copiapó y en el Camino de Inca, que recorre nuestra tierra, como mudo testigo de nuestro pasado y ejemplo de nuevos desafíos.
En 1536 la expedición del español Diego de Almagro y su ingreso a Chile por el Valle de Copiapó, da inicio a un nuevo periodo para la región de Atacama y de esta tierra del norte: el inicio de la historia en Chile.
Transcurrida la independencia de Chile, uno de los hechos que marca nuestra historia es el descubrimiento del Mineral de Plata Chañarcillo (1832) y otros centros que traen consigo una gran actividad minera en la zona y un movimiento comercial, que llevaron a la creación de la Provincia de Atacama (1843) formada, por los departamentos de Copiapó, Vallenar y Freirina y posteriormente a la construcción del Primer Ferrocarril de Sudamérica (1850) abriendo un abanico de posibilidades para el desarrollo del país.
Nuevas iniciativas, como el primer alumbrado público a gas en Chile (1856), la fundación de la Escuela de Minas (1857), o del primer Liceo de Señoritas del país (1877), dan cuenta de una época de visión y desarrollo, y con ello, la actitud revolucionaria de un movimiento inspirado en el liberalismo y en contra del autoritarismo, centralista del modelo portaliano. Dicho movimiento, encabezado por don Pedro León Gallo, se levanta en armas, marcha hacia el sur, vence a una primera expedición del ejercito nacional y toma la Plaza de la Serena.
Carente de apoyo de otras provincias, las fuerzas atacameñas fueron derrotadas; sin embargo, las ideas sembradas traen como fruto profundos cambios al sistema, que luego tendrán expresión nacional.
Junto al florecimiento del desierto en nuestra región, florecen tambien personajes, instituciones, la vida social, política y económica. La plata comienza a dar paso al hierro, luego al cobre que con su nacionalización en 1970, permitirá que esta riqueza tenga una influencia determinante en el progreso de Chile.
A comienzos de la década de los ochenta. la economía de la región sufre una importante transformación con la producción pesquera y desarrollo frutícola a través de la uva de exportación, que por gracia del clima, es la primera de Chile en colocarse en los mercados internacionales.
La población, de acuerdo al censo del año 2002, alcanza a 254.336 habitantes, que cuentan hoy día con un importante y rico patrimonio a lo largo de estos 11000 años de vida humana y 2000 de exportación minera.
Antecedentes recopilados:
MONUMENTOS NACIONALES DE LA REGIÓN DE ATACAMA.
Autor: JAVIER CARVAJAL RIVERA.
Autor Fotos: Libro Desierto Vivo, PROCHILE